Oscureciendo

Ultimamente, algunas de las pocas personas que leen este blog me han expresado su sincera preocupación por mi salud mental (lo bien que hacen). Algunos han "sugerido" que como la temática de los últimos posts ha variado, tal mutación debe tener alguna razón oculta o subyacente y por supuesto trágica (se trata de mí, no olvidemos eso).

Entre las causas arriesgadas por los lectores se destacan dos: 1. enloquecí definitivamente; 2. estoy enamorada.

Como siempre, mi deber es desilusionarlos.

Sospecho que mi nivel de locura se mantiene dentro de los mismos parámetros (altos, por supuesto) y no, no estoy enamorada.

Los últimos posts no son más que un acto de piratería de mi parte. Hundí un barco que yo misma había navegado y me dediqué a extraer parte del modesto botín que había en su interior. Como habrán podido apreciar, no se trata de fastuosos tesoros, sino más bien de baratos espejitos de colores con altas pretensiones (la insolencia siempre está a la orden del día). No he hecho más que autoplagiar textos que escribí en otro momento, posiblemente en otro idioma, en otro tiempo y espacio y para otros lectores (probablemente no humanos).

Hecha la aclaración, me retiro con la satisfacción del deber cumplido, pero dejo esta bonita versión de una canción que expresa mi estado y que hace muchos años me la grabó mi cuñado Pol Macarni (zenkiu Pol, for de miusic mitl, zenkiu, zenkiu, zenkiu).