28 de septiembre de 2008

Lo que ves es lo que hay (datos intrascendentes sobre mí)

Hace un par de semanas, en una materia de la Facultad me pidieron que escribiera una autobiografía. Y justamente, acabo de terminar un libro en el que el autor, entre otras tantas cosas, habla sobre las biografías y sobre la convencionalidad de los datos que todas contienen: fecha y lugar de nacimiento, estudios, datos de los padres, matrimonios, hijos, obras, etc.
Esto me hizo pensar que no siempre esta clase de datos nos dice algo acerca de la persona, más allá del compendio de información que nos brinda.
Es por eso que desde este espacio se pretende instaurar otra clase de biografías, plagada de cuestiones irrelevantes que no guardan ninguna relación entre sí y que no despiertan la más mínima curiosidad sobre la vida del personaje en estudio.
Sólo a modo de ejemplo, aquí va una muestra:
  1. Cuando tenía 3 años y se cortaba la luz durante la noche, Madre me instalaba una mesa con una silla chiquita para que yo dibujara todas las velas que habían encendido en casa, así no tenía miedo de la oscuridad.
  2. A los 5 años, un amigo me quiso hacer creer que tenía un arma superpoderosa, que siempre nos iba a defender de cualquier peligro. Se trataba de una cuchara de madera a la que le había pintado una cara toda deformada (sin comentarios).
  3. A los 9 años me enamoré de un chico con el que jugué durante toda una tarde en la plaza que está en Las Heras y Pueyrredón. Nunca más lo volví a ver, pero antes de irse me dijo que yo le gustaba. Se llamaba Martín. Por favor, si alguien lo llega a ver, le puede decir que nunca lo olvidé? Gracias.
  4. A los 16 años intenté aprender a tocar la guitarra. El profesor era el padre de una amiga e intentó que el alumnado (5 desalmados entre los que me encontraba) tocara como primer tema "Lunita tucumana". Duré 5 clases, mis compañeros duraron sólo 3, pero yo me vi en la obligación de seguir dos clases más por mi amiga.
  5. A los 23 años compré mi primer libro "Las mil y una noches", en 3 tomos. Nunca antes había necesitado comprar un libro por mi cuenta.
  6. Hace un par de años fui dueña de un loro chiquito. Se paró por unas dos o tres horas en la baranda de mi balcón y durante ese lapso de tiempo estuvo bajo mi cuidado. Le puse de nombre Pepetinho, era mi loro y lo quise mucho. Fuimos muy felices juntos, hasta que decidió marcharse. Desde ese día todos los pájaros que veo por la calle se llaman pepetinhos, en su honor.

Aquellos que se animen, pueden intentar divulgar esta nueva variación estilística en el género biográfico. En nombre de la originalidad, se lo sabremos agradecer.

9 comentarios:

Ana dijo...

Yo sabía que habías tenido una vida grosa. Y no me equivoqué.

Y al loro me parece que lo vi por Palermo... si lo vuelvo a ver te aviso!

La Oveja dijo...

- lo que mas extraño de cuando era niña (y del barrio en aquel entonces) era poder jugar, en verano, a las escondidas hasta las 9 o 10 de la noche

- de los 9 a los 13 estudié música y piano. a los 13 quise aprender a tocar la guitarra, no pude y me desvinculé con la formalidad de la educación musical instrumental

- un año fui scout

- de los 0 a los 6 años cubrí toda la cuota de enfermedades y catástrofes que un ser humano puede tener: paperas, varicela, rubeola, unos cuantos problemas de piel (solucionados, por suerte), un par de accidentes y una operacion de hernia a los pocos meses de vida.



ahora creo qe podes hacer una autobiografía con este tipo de datos y no los "relevantes"

Pablo dijo...

yo a los 20 años conoci a la churrasquita.. ehhh vo sabe..

a los 25 casi me case con ella, ehhh vo sabe..

a los 28 le di un regalo.. ehhh vo sabeee..

a los 30 la agregue en mis links para que visiten su blog y desde ahi a la fama

ehhh!

a los 40 le regalare un camion para que recorra bsas buscando a martin

hna. josefina dijo...

¡Muy buena tu biografía!
¡Mucho mejor que muchas!

Ignacio dijo...

Pepetinho... simplemente genial

Faby dijo...

Claro que si!!! Pero tendrías que agregar en "gustos personales" usar capelinas, agitar vasos, ejercer la medicina en supermecados, y siempre pero siempre prestar atención a los augurios de la luna turca.

Yo por mi parte (y para no hacer un listado de las cosas inconclusas de mi vida) solo dire que suelo ser simpática con los extraños. (sobre todo telefónicamente)

kekeke dijo...

Mi autobiografía la dividiría en dos: aB - dB (antes y despúes de Barcelona)
Antes de Barcelona era una persona que no encontraba rumbo fijo.
Después de Barcelona, tampoco encuentro rumbo fijo pero vivo en Barcelona.

Lic_jasper dijo...

Hola!
cuando arranque estudiando periodismo, la primera redaccion de aquella famosa clase de Expresion oral y escrita, me forzo a escribir una autobiografia algo singular...
Tenia que ser diferente de aquellas que se leen en los libros, aquellas que parecen de memoria y que solo cambian en numeros, pero que tienen el mismo contenido.
En cuestiones irrelevantes se notan detalles que le interesan mas a las personas.
Por ej, eso del loro y que todos las aves ahora tuvieran esa denominacion!!!
por cierto, que buen nombre para un loro!

saludetes!

Valeria dijo...

Anita: Gracias. Si, he tenido una vida muy grosa que te iré contando de a poco para no apabullarte.

Oveja: Voce es la prueba de lo interesante que puede resultar la vida de un coleóptero. Bravo!!

Pol: Todo es muy cierto. Hace dos años y varios meses me hiciste uno de los mejores regalos que he recibido. Y además habla. JA!


Hna. Josefina: Gracias!!! Se hace lo que se puede.

Nacho: Lo se.

Sister: Claro que si, claro que si. La luna turca... cuanta razón que tenía Bochini acerca de la luna.
Vos sos bien simpática con los extraños. También tendríamos que contar todas las veces en que nos confundieron y nos preguntaron si eramos mellizas o cosas así.

Nes: Ahora todo es movil: el teléfono, la notebook, los playmobil, así que no te preocupes por la fijeza o la fijedad, eso es lo de menos.

Lic Jasper: Veo que has padecido esas materias, al igual que yo.
Es verdad, Pepetinho es un gran nombre para un loro.