23 de agosto de 2008

Luz, cámara, acción

Hay determinadas prácticas que nos parecen sumamente naturales, aunque nada esté más lejos de eso.
Cuando asistimos al cine, miles de imágenes recortadas pasan frente a nuestros ojos y sin embargo contamos con la competencia necesaria como para reponer aquello que no vemos y así completar las escenas y ordenar el relato.
Esto implica que si en la pantalla se proyecta un primer plano de la cara de un actor, ninguno de nosotros va a pensar que se trata de una cabeza sin cuerpo que se mueve por la escenografía (a no ser que se trate de "La leyenda del jinete sin cabeza" -película en la que la existencia de una cabeza solitaria tendría absoluta lógica). Lejos de ello, estaremos capacitados para reponer lo que falta y así interpretar que sólo se trata de un plano que toma una parte del cuerpo del actor.
Sin embargo, ésto que nos parece tan obvio, casi natural no es más que una operación del ámbito de la cultura. Tal como señalaba un profesor mío de semiótica: "Detrás de aquello que nos parece más natural es justamente dónde está operando con toda su fuerza la cultura".


Un grupo de antropólogos que estaba realizando un estudio de campo en Africa, decidió proyectar una película a los miembros de una tribu que no tenían idea de lo que era el cine. Los nativos, en medio de gritos de algarabía, se sentaron frente a la pantalla.

La primera escena consistía en un primer plano de una gallina que caminaba frente a la cámara, para luego salir de plano por la derecha. Cuando los africanos vieron al ave, comenzaron a aplaudir con mucho entusiasmo, casi al borde del delirio; pero a medida que transcurría el film -que narraba la historia de un maestro rural- su actitud fue cambiando. Muchos comenzaron a mirarse entre ellos, algunos se quedaron dormidos y otros observaban la pantalla con cara de no comprender lo que estaba sucediendo. Cuando la proyección terminó, varias mujeres y niños lloraban y un par de jovenes indignados intentaron golpear a los antropólogos.

Los científicos, al no entender la reacción de los nativos, decidieron consultar al jefe de la tribu. Éste los miró y les explicó que los miembros de su tribu se sentían desorientados, tristes y sumamente desilusionados con el cine, porque lo que le sucedía al maestro no les interesaba en lo más mínimo, lo único que ellos querían saber era qué había pasado con la gallina que era la protagonista de la película.

3 comentarios:

viole dijo...

la gallina perdió ante Banfield... a uds les parece, señores antropólogos???

Mr. Pergio dijo...

No entendí cual era el objetivo de los antropólogos con el experimento, supongo que no lo hicieron "para ver qué onda". Igualmente, profesión dura la del antropólogo.

Ahora, me quedé pensando:
La peli no habrá sido una de Lynch?

Saludos!

Pablo dijo...

muchas cosas a comentar..

entiendo que los nativos tengan una reaccion que los cientificos no entendian, pero porque el jefe de la tribu pudo explicarles lo que sentian si el jefe tampoco habia experimentado el cine! porque no le preguntaron a un nativo que le pasaba y listo? o tenia que tener titulo para explicarles? ya entiendo porque el jefe de la tribu es jefe.. porque es un groso.

y lo ultimo para comentar..

cuando vieron a la gallina, comenzaron a aplaudir con mucho entusiasmo..
su actitud fue cambiando..
comenzaron a mirarse entre ellos..
se quedaban dormidos..
jovenes indignados intentando golpear..

esto lo vi en futbol de primera