Sírvase nomás, todo lo mio es suyo

En un barrio de la Capital Federal, omitiré decir que se trata de Belgrano, existe una sucursal a la calle de una Empresa de Medicina Prepaga (me abstendré de decir que se trata de Galeno ó Galeno Life o cualquiera que sea la nominación que le hayan puesto).

El local está integramente conformado por vidrios, por lo que resulta fácil acceder visualmente a su interior. Desde la vereda pueden verse un par de escritorios, con señoritas vestidas de azul, que brindan azules sonrisas al público que suele ser gris o verde, puesto que tiene la mala costumbre de visitar este tipo de establecimientos sólo en ocasión de enfermedad. Sin embargo, lo más llamativo de todo no es nada de lo hasta aquí descripto, sino que resulta ser la inscripción que luce en una de sus puertas: "Esta sucursal no dispone de dinero en efectivo".

A primera vista, la frase parece ser un aviso del mismo tipo del que se encuentra en la otra puerta indicando el horario de atención (ya que comparten la misma tipografía). No obstante ello, la primera frase está dirigida al público... pero al público ladrón. La empresa, que está dedicada a la preservación de la salud de sus clientes, tiene la infinita gentileza de hacerle saber a los posibles amigos de lo ajeno que se abstengan de iniciar un accionar delictivo en dicho local puesto que el mismo no será productivo. Esto equivale a decir: "Mire, nosotros sabemos que usted es un tipo muy ocupado y como valoramos su tiempo y su trabajo, le queremos decir que no tiene sentido que se ponga a robar acá porque no va a encontrar nada. Entonces para qué vamos a pasar un mal momento por nada, no? . Es preferible que vaya a otro negocio en el que no conste esta leyenda ó lo que es mejor aún, diríjase a otra sucursal de Galeno Life donde haya dinero en efectivo; puesto que si nos molestamos en decir que aquí no hay, eso implica que en alguno de nuestros otros locales SI hay."

Ahora bien, si supuestamente, como está instaurado desde el sentido común, los delincuentes son personas que no responden a los mandatos sociales, ¿Qué es lo que les hace pensar a los encargados de la seguridad de este sitio que esa frasecita de morondanga tiene entidad suficiente como para disuadir a un ladrón de no irrumpir en el negocio para alzarse con un botín? Si el delincuente es aquel que no comparte los mismos valores de la sociedad, es más que lógico pensar que tampoco va a respetar ninguna norma básica de convivencia, porque de ser así, se podría asistir a casos paradójicos tales como contrabandistas que respeten carteles que digan "No arroje papeles al suelo", ó traficantes de armas que se atengan a rajatabla a la orden de "No pisar el cesped" y así...

Por ende, la inscripción de la puerta de Galeno, además de dar muestras de una ingenuidad poco común en los tiempos que corren, lejos de resultar inhibitoria, es una invitación a delinquir. Si yo fuera ladrona pensaría: "Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm (porque sería una ladrona de las que piensan bastante y planifican) si acá me dicen que no hay dinero es justamente porque debe haber muchisima plata, sino no se tomarían semejante molestia. Por lo tanto, aquí voy a llevar adelante el atraco".

Ahhh, una cosa más... El dibujo del ladrón gracioso que ilustra este posteo no es de mi autoría, pero como en la página web en la que lo encontré no había ninguna clase de amenaza o advertencia que me hiciera desistir de mi intención de colocarlo aquí, simplemente me lo serví. Que quede bien claro: "Servirse no es robar".