18 de junio de 2009

Conclusionando un poco más de la cuenta.

En estos días, todo el viento del mundo sopla en tu dirección (No, no, no, este post no tenía que empezar así, ese es el inicio de una canción de Silvio Rodriguez y yo quería decir otra cosa).
Vamos de nuevo. En estos días, he estado pensando varias cosas. Cosas que son poco interesantes -excepto para mí-. Y puedo decir que he llegado a las siguientes conclusiones:
1. Funciono mejor cuando estoy bajo presión: No, no soy una olla, pero cuanto más presionada estoy porque tengo muchisimo trabajo y estoy en medio de exámenes y todo se me viene encima y creo que me voy a morir por tanto estrés (¿Por qué? ¿Por qué me voy a morir si soy tan joven y bonita y talentosa? ¿Por qué? ¿Por qué la vida es así de trágica? Oh, que injusticia!), siempre de una u otra manera consigo cumplir con todas mis obligaciones.
2. Cuanto menos tiempo tengo para estudiar, más ideas brillantes se me ocurren para escribir: Bueno, acá exageré un poco, tampoco son tantas ideas, pero sí muy brillantes... No, la verdad es que ni siquiera eso, digamos que se trata de las mismas ideas mediocres de siempre, pero que se me vienen a la mente como una suerte de malón o de brainstorming (tenía ganas de usar esa palabra) y las tengo que escribir. Una vez que paso esa etapa de evaluación, tienen que abrirme el cráneo para extirparme alguna idea medianamente creativa.
3. Necesito un fan. Necesito alguien que me admire con desesperación y que lea todo lo que yo escribo y le parezca brillante (es decir que también tendría que estar loco) y se ria de las cosas que digo y de paso también podría amarme en secreto, pero no con un amor de morondanga, sino que tiene que sentir amor del bueno. Y entonces un día, tendría que venir y decirme: "Quiero que sepas que te amo y que durante este tiempo he ahorrado mucho dinero para editar tu libro porque el mundo merece conocer a una escritora como vos". Y, por supuesto, yo me negaría a aceptar su dinero, pero él insistiría. Y yo le diría: "No, no, no puedo aceptarlo porque aún no he escrito nada". Pero mi fan me rogaría: "Por favor, aceptá este dinero y dedicate a escribir, cuando termines tu libro, lo publicas utilizando estos ahorros.
Yo me vería obligada a aceptarlo, pero le diría: "Mirá, para poder escribir tranquila, voy a hacer un viaje. Asi que salgo mañana mismo para Estambul, allá voy a encontrar la paz que necesito para escribir. Pero no temas fan amado mío, desde la distancia, pensaré en tí y recordaré cuanto me admiras e idolatras"
Posiblemente yo jamás regrese.
Y esas son las varias cosas en las que he estado pensando "en estos días no sale el sol, sino tu rostro" (no puedo dejar de cantar el tema de Silvio, en fín).

2 comentarios:

Horacio dijo...

PRI DE NUEVOOOO

pero si confesás que escuchás a silvio rodríguez, no vas a conseguir ningún admirador secreto

Faby dijo...

Si consiguieras un ser asi, probablemente deberia gastar todo su dinero en medicación. (para ambos)