12 de marzo de 2009

Ingeniero textil se busca




Me gusta la ropa porque siempre trae instrucciones acerca de como cuidarla.
Si uno sigue esas reglas sabe que nada malo puede pasarle a las prendas y que las puede conservar durante mucho tiempo.

La ropa le da a uno una clave: "Lavame con agua fría", "No uses blanqueador", "No me limpies en seco".
A menos que uno no sepa leer o que desee destruirla, si uno hace lo que la ropa le dice que haga (el objeto le ordena al sujeto, Foucault me felicitaría si leyera esto), todo estará bien.
Pero con la gente es completamente diferente. La gente debería traer instrucciones en su espalda para saber como tratarla.
Uno nunca puede adivinar la forma en que reaccionarán si se intenta lavarla con agua fría o plancharla.
Definitiva e indudablemente la gente debería venir con instrucciones.
Si Dios fuera un gran ingeniero, pondría instrucciones en la espalda de la gente.

9 comentarios:

viole dijo...

la mia dice, claramente:
no planchar
no usar cloro
no limpiar en seco
usar agua tibia
no estrujar
handle with care
fragilinvencible
lavar a mano
no alimentar después de la medianoche

lucas ignacio dijo...

"amar al projimo como a uno mismo" es la unica instruccion que para mi solucionaria el problema de todo el mundo.

saludos

Faby dijo...

sis, yo no quiero una ropa que no se pueda lavar. Sabes quemi trastorno obsesivo compulsivo no me lo permite...pero por favorrrrrrrrrrrr

Adrian Pegaso dijo...

Pero esa falta de instrucciones es lo que nos hace taaaaaaaaaan impredecibles...

Bexos
Ad

Ana dijo...

Churrasca, somos tan complicados que más que una etiqueta en la espalda, deberíamos nacer con un manual en cinco o seis tomos bajo el brazo...

El Fantasma de Belgrano dijo...

Lo que dice Ana es verdad. Pero si es cuestión de sintetizar, mi cartelito debería decir "Hacéme creer que no sos igual al resto"

Valeria dijo...

VJ: Me gustó mucho lo de "no alimentar después de medianoche!"

Lucas Ignacio: Suena como una buena solución.

Faby: Lo se, sis... lo se muy bien

Ad: Justamente eso es lo que busco evitar, jajajaja

Anita: Pero a mi con una simple etiquetita me alcanza...

Fantasma: Cómo haceme creer? Eso puede dar lugar a un engaño. No sería mejor que dijera: Haceme ver que no sos igual al resto?
En caso de que ese cartelito fuera para mí, contestaría: Lo siento... pero me especializo en ser más de lo mismo ;0)

El Fantasma de Belgrano dijo...

Churrasquita, lo que pasa es que -en definitiva- todos somos igual al resto. Así que yo me conformo con que logren engañarme (eso no lo logra cualquiera a esta altura).

Valeria dijo...

Imagino que engañar a un fantasma es tan paradójico como asustar al cuco o como engañar a un embustero.
(me pregunto si también tendrá 100 años de perdón...)