12 de octubre de 2007

¿Qué hay de postre?

La repostería es la rama del arte culinario que se dedica a la elaboración de pastas, dulces y algunas bebidas. Uno de los puntos más notables de esta actividad se relaciona con la decoración, puesto que como bien es sabido, la impresión que causa un postre a la vista, lejos de ser un dato menor, es un elemento fundamental.
Desde este espacio se dará cuenta de un postre, que genera un entusiasmo bastante incomprensible entre los comensales. Se trata del merengue. Es innegable que a primera vista seduce, pero a no dejarse engañar, al iniciar la experiencia de su degustación, uno comprobará con indecible tristeza que ha caído en la empalagosa trampa de algún adiestrado maestro pastelero.
Comer un merengue exige determinación y habilidad. Ya desde el comienzo se advierte que se trata de un postre de dimensiones considerables, conformado por dos trozos de merengue que tienen la apariencia de ser dos cascotes que aprisionan una delgada capa de dulce de leche repostero. El primer problema radica en que el tamaño de los cascotes es inversamente proporcional a la cantidad de dulce de leche aprisionado, lo que imposibilita que el postre sea comido en la forma prescripta para los alfajores. Esto demanda que se comience por ingerir uno de los trozos de merengue hasta aproximarse al dulce, pero la sequedad del cascote -cuya consistencia es similar al yeso- obliga a la ingesta de tres o cuatro litros de agua para impedir una segura muerte por la obturación de la faringe. La segunda dificultad se suscita al comprobar que la aridez del yeso imposibilita que el dulce de leche se adhiera al merengue, lo que suele derivar en la absoluta destrucción del postre. A esta altura lo único que se conserva incólume es la supuesta cereza que completa la decoración y que debido a que su sabor y color no se condicen en nada con la fruta en cuestión, jamás es probada, lo que beneficia al negocio de comidas que puede utilizar esta misma única cereza para decorar todos los merengues que fabrica.
Este blog sugiere a modo de humildes consejos:
  1. Afinar el tamaño de los merengues hasta obtener el mismo grosor de la tapa de los alfajores. El material excedente puede ser utilizado para confeccionar figuras de yeso para el pesebre navideño.
  2. Aumentar la cantidad de dulce de leche o empapar el merengue con algún almíbar o alcohol que termine con su sequedad habitual e impida el derrumbamiento del postre.
  3. Eliminar definitivamente eso que quieren hacer creer que se trata de una cereza.

De lo contrario, cada vez que pregunte "¿Qué hay de postre?" y reciba por respuesta: Merengue, me veré obligada a decir: No, gracias, paso. Yo al merengue prefiero bailarlo...

10 comentarios:

viole dijo...

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii
totalmente. los odio, son un asco
y definitivamente es mejor bailarlo que comerlo.

yo no se quien fue el degenerado que los invento

Faby dijo...

Muyyyyy feo!!! Prefiero un flan, queso y dulce o un heladito.
Y obvio que es mejor bailarlo que comerlo, es más divertido y hasta más saludable.

kekeke dijo...

Cuando iba a la panadería del barrio y veía los merengues en la vidriera pensaba que nadie los compraría, que era solo una cuestíón decorativa. Nunca me atreví a comprarle uno a doña Coca.
Yo probé los que son "minis" y que suelen estar con los masas finas, así y todo, empalagan.
Para la próxima pedí un almendrado.

Ignacio dijo...

el merengue DEBE comprarse con un adicional de dulce de leche. De otra forma, es imposible comerlo.
Particularmente prefiero lo salado. tambien para bailar

Juglar dijo...

Me gusta el merengue, pero el exceso dicen que trae mala suerte... para el estomago!

PauLy dijo...

Es cierto, todo lo que decís es mucho muy cierto, pero yo solo podía pensar: mmmmm, merengue

Pablo dijo...

todo eso lo pensaron ya y por eso salio el alfajor terrabusi que tiene merengue..

problema resuelto!

Anónimo dijo...

amiga, desde mi lugar apoyo una lucha contra las falsas cerezas arruinadoras de postres y sumo mi odio hacia las pasas d uvas y las frutas abrillantadas, q deberían estar prohibidas x ley.

bsitos

Valeria dijo...

Vj: Seeeeeeeeee. a bailar merengue!!! a Bailar!!!!!!!
Estoy totalmente de acuerdo, un perfecto degenerado...

Sis: Si, es cierto,flan o helado o ensaladita de frutas.

Nas: Los de Doña Coca eran merengues de utilería. Al almendrado también le desconfío porque eso que tiene a los costados, no creo que sea almendra picada, yo creo que es tronco de árbol molido.

Nacho: Claro, para bailar salado no hay nada como la salsa.

Eze: No te puede gustar el merengue... y no inventes más imaginarios sociales del tipo: "El exceso de merengue trae mala suerte" porque después ya me veo estudiando eso en Comunicación II.

Pauly: Muy homerístico tu comentario... jajaja

Macarni: Ese alfajor no suple al postre porque sólo tiene un pedazo de merengue en el medio... como que ni da, Estoy segura de que dijeron: "Uy mirá, nos sobra este cacho de merengue" y otro contestó: "Ma, si, metelo en el medio de este alfajor, que total nadie se va a dar cuenta".... y así se convirtió en producto.

Carla: Absolutamnte de acuerdo con tu comentario. Las pasas de uva son cucarachas aplastadas y dentro de las frutas abrillantadas se puede encontrar cualquier clase de insectos, desde chinches hasta hormigas coloradas.

Pedro Martín dijo...

Bueno, ahora ya cerró el tema la dueña, me queda el comentario final desaforado.

En primer lugar, vieron que todo lo grande no siempre es bueno? pienselo a tooooda escala!!

Depois, el merengue el un postre demodé, si o no?

Tercero, no podemos obviar el claro complot gastronómico contra los clientes bajo el mote "querés comer?" "COMETE ESTO!!" (sin connotaciones sexuales, please!) Encabezado por las hamburguesas completas con tomate y huevo frito...

El blog? un omelette a la suiza!!