Conociendo el mundo, animal

Una de las especies más peculiares que habita nuestro ecosistema es el despechado.

Esta criatura no es reconocible a simple vista, puesto que la naturaleza la ha dotado de un sofisticado sistema para camuflarse, lo que le posibilita adaptarse en forma más eficaz al ambiente que lo circunda. De esto se deduce que existe otra clase de animalejos que resultan detectables a golpe de ojo, tales como la iguana o el perro, pero en cambio el despechado, al igual que el camarón (ah, no, era el camaleón) modifica su comportamiento y muestra la hilacha, de acuerdo a la ocasión.

Si bien la mayoría de los zoólogos no logra ponerse de acuerdo a la hora de enumerar las características de esta temible bestia, lo cierto es que en razón de lo antedicho, todos coinciden en afirmar que el despechado no es dañino por naturaleza, sino que siempre es víctima de sus circunstancias (bueno, como casi todos los criminales).

El despechado pretende hacer creer a los expertos que, de no ser por el proceder ajeno, jamás se vería obligado a actuar en consecuencia. Esta línea argumentativa es de una debilidad tal, que no merece siquiera ser puesta en consideración, debido a que resulta evidente que el despechado siempre es proclive a provocar las situaciones que le posibiliten hacer gala de su actitud ponzoñosa. Así, con absoluto afán se avoca a tareas tales como ser abandonado o engañado, al solo efecto de tener una excusa que lo habilite a mostrar sus garras. De ahí en más, el despechado, cuál víbora que ha sido despertada por una flauta ejecutada por un indio, echará mano a todo su arsenal de bajezas y no escatimará esfuerzos en demostrar que es una auténtica creación del Maligno.

Esta alimaña no se conformará con llorar y rogar (lo que sería incluso deseable a la luz de su comportamiento real), sino que el muy infame se empecinará en ofender, mentir y hacer uso de tipos penales tales como la calumnia y la injuria, en un desesperado intento por generar el descrédito del que le ha hecho mal. Y claro... a esta altura quién no reconoce al despechado?, si el solo se ha encargado de ponerse en evidencia.

De allí que, como en toda sociedad que se precie de avanzada, resulta fundamental desplegar una adecuada campaña de prevención. Es por eso que si sospecha que está en presencia de un despechado, no dude en denunciarlo, a los efectos de que las autoridades sanitarias den cuenta de él.

Eso sí, en caso de que el despechado sea usted, por favor, DISIMULE!!!, no vaya a ser cosa que pase a formar parte de una nueva especie en vías de extinción...